El cuarto capítulo de Andor nos presentó una extensión de la situación particular de varios personajes y nos trajo la presentación de otros viejos conocidos de otros productos de ésta narrativa.
En este capítulo conocemos un poco más a fondo de la biografía de Luthen Rael quien resulta ser, además de un activo miembro de la resistencia contra el imperio un vendedor de una tienda de antigüedades en medio del planeta Coruscant la capital imperial.
Y no bastando con esa sorpresa resulta que una de las clientas frecuentes de su Galería de coleccionables es nada menos que la senadora rebelde Mon Mothma (Genevieve O´Reilly) quien acude para cerrar tratos con Luthen principalmente de dinero con los que apoya a la rebelión de forma secreta.
Previamente a eso Luthen Rael lleva a Andor al planeta Aldhani donde se le encomienda la misión de unirse a un escuadrón de seis soldados rebeldes (del que se convertirá en el número siete referenciando como todo western a los Siete Samurai de Kurosawa) con el objetivo de asaltar una armería imperial, operación que veremos hasta el próximo episodio.
Es destacable el excelente diseño de producción que vemos en en la Coruscant de Andor, el interior y exterior de los edificios gubernamentales, el auto de Mont Mothma y el vestuario de todos ahí con ello se abren muchas posibilidades de ver muchas historias que desemboquen en un planeta en el que Palpatine se encuentra en la cima de la torre más alta pero de lo cual podamos ver las alcantarillas y los huecos en los que las ratas de la rebelión pasen inadvertidas.
Es el cierre de los cuatro primeros capítulos que en toda serie se toman en cuenta como la presentación de personajes y conflictos fundamentales, por lo que hasta el momento no ha decepcionado para nada y ha abierto diversos arcos que serán de gran interés para los fans complejos y los que no se encuentren tan adentrados en esta narrativa galáctica de la que sin duda estaremos pendientes.
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