Grizzly Man es probablemente el documental más conocido de Werner Herzog, entre muchas otras cosas porque recibió una excelente aceptación entre diversos círculos de crítica cinematográfica a nivel mundial incluyéndolo en la lista de Sigth & Sound como uno de los mejores 100 documentales de todos los tiempos. Pero la principal razón es que la historia que cuenta es tan perturbadora como íntima de una manera muy universal, es sin duda una clase de cómo dirigir, editar y contar un documental.
Trata sobre la vida de un desconocido activista en pro de los derechos de los osos Grizzly en Alaska, llamado Timothy Treadwell, defensor de la protección de sus hábitats pero con una historia personal muy compleja y quizá con una esquizofrenia no reconocida.
Es muy probable que Herzog se haya enterado de la existencia de este activista debido a su violenta muerte a manos de un oso Grizzly junto a su novia en uno de los varios viajes que hacía todos los veranos para video grabar sus experiencias extremas junto a ellos y que el romper la barrera entre la vida salvaje y lo humano le costó la vida.
La elección de este personaje que hizo el maestro Werner es brutal y gracias a ello pudimos conocer en el mundo, la compleja relación entre este activista con claros problemas mentales y la naturaleza salvaje de los osos.
El trabajo documental de Herzog en esta historia parecería tratarse de una simple edición de los materiales video grabados en las que podríamos decir no tuvo demasiada intervención pero la brutal narración del documental a manos del propio cineasta le da un toque único que abarca su opinión sobre el personaje mismo del que muchas veces se encuentra admirado y otras tantas, la mayoría en desacuerdo y sus reflexiones sobre la naturaleza humana y el mundo salvaje enfrentándose a través de un colorido personaje que se debate entre su amor por los osos y sus propios demonios internos.
Un detalle que vale la pena no omitir es que la edición de este documental está a cargo de Joe Bini editora afroamericana que ha acompañado a Herzog en más de 6 trabajos documentales lo que la coloca entre las mejores editoras de documental en el mundo sin duda y en ficciones como Tenemos que hablar de Kevin y You were never really here con Lynne Ramsey.
Saliendo un poco del análisis de la historia en sí que resulta muy interesante para cualquiera, vale la pena observar esta película como una clase de cine documental, del cómo se puede hacer un acercamiento de autor a una historia que se cuenta prácticamente sola o que se podría contar de muchas maneras , principalmente de una forma académica y acartonada en la que solo se presentan los datos y los eventos como sucedieron sin hacer un juicio de valor sobre los hechos y Herzog es un maestro de hacer exactamente lo contrario le mete la mano a la historia y se la apropia escribiendo sobre ella una especie de thriller y una conferencia sobre filosofía y la condición humana como pocos documentalistas lo han podido hacer.
Sin duda será muy fácil para casi cualquier espectador conmoverse con esta historia pues se trata de un personaje muy interesante no por que aporte una visión del mundo que sea digna de imitarse sino porque su visión del mundo era tan particular que nos hace pensar muchas cosas sobre el respeto que debemos tenerle a la naturaleza salvaje de nuestro planeta y nos permite conocer imágenes pocas veces vistas en el acercamiento que los humanos han tenido a los osos Grizzly que son realmente impactantes y que colocan a Timothy no solo en la historia del cine documental sino en la historia del activismo pro derechos animales con consecuencias tristemente célebres.
por Nácxit L.S.
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