La nueva película de Christopher Nolan llega a cartelera después de un fuerte tropiezo en su anterior proyecto (Tenet, 2020) provocado en parte por la pandemia y parte por la aparente necesidad de este director de complicarle a la audiencia una narrativa no necesariamente tan interesante.
Ese hecho me hace pensar que no hubo la misma expectativa alrededor de este nuevo film "Oppenheimer", antes de haberla visto me daba la impresión de que no se trataba de una apuesta de Nen la que Nolan buscara necesariamente las grandes masas y eso probablemente lo llevaría a cambiar un poco la forma de expresar su estilo característico.
Tomar como referencia un personaje de la historia para hacer un film siempre conlleva a diferentes riesgos, uno de ellos es que al abordarlo tendrás alrededor a "expertos" que criticarán el enfoque que le des al personaje en comparación con el individuo real y sin duda este es uno de esos casos.
Oppenheimer de Nolan está basada en una biografía sobre el famoso físico llamada "El Prometeo americano", escrita por Kai Bird y Martin J. Sherwin, en la que el director recurre a su clásica forma de editar las historias contándolas de una manera no lineal, pero sin abusar de ello como lo hizo en su proyecto anterior.
Sin duda Nolan ha conseguido como pocos autores en la actualidad que un público bastante extenso se encuentre expectante ante cada uno de sus nuevos proyectos, sin embargo, eso no significa que haya cumplido siempre con dichas expectativas, pero Oppenheimer es diferente.
En este film el director hace un cambio en su ambición de complicar las cosas de manera un tanto injustificada como en Tenet, o en Interestelar, y se centra con mayor rigor en contar una historia que logre interesar a su público con la idea previa probablemente de que al tratarse de un personaje que si existió, no podría tomarse tantas libertades creativas, pero sin abandonar ese ritmo veloz, el ida y vuelta en las líneas del tiempo a las que siempre recurre.
La idea general que nos presenta narra la vida del físico Robert Oppenheimer, director del proyecto Manhattan el cuál culminó su objetivo al desarrollar la primera bomba nuclear de la historia con la que Estados Unidos se pondría por primera vez a la cabeza del mundo en cuestión bélica y con la cuál inclinaría a su favor la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, al detonar dos de esas bombas en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
Interesantes cameos encabezados por el de Albert Einstein y Niels Bohr son usados para presentarnos el contexto del ambiente científico en el que Oppenheimer se desarrollaba como maestro universitario e intelectual.
Sin duda un personaje interesante que estuvo a cargo de un proyecto que definiría la historia posterior del siglo XX y que colocaría a su país a la cabeza armamentista del mundo, no sin fuertes dilemas éticos sobre la utilización de dicha tecnología como arma de destrucción masiva y con la carga que tuvo que librar escapando de las acusaciones de ser comunista y de ser juzgado como autor intelectual de una de las máximas masacres del siglo pasado.
En mi perspectiva se trata de un film que cumple con un desarrollo satisfactorio en la creación de suspenso en torno de un personaje histórico complicado, y de su labor dramática en la creación de la bomba atómica.
Los dos primeros tercios del film me parecen muy bien ejecutados: en el primer acto se presenta al personaje, sus conflictos personales, morales y políticos, y del cómo logra acomodarse profesionalmente en el ambiente universitario de la época para conseguir un lugar de privilegio desde el cuál el Pentágono lo tomaría en cuenta para unirse al proyecto Manhattan, cuyo desarrollo y preparación es el segundo acto todos los elementos necesarios para una empresa que culminaría con la primera explosión nuclear de la historia en el artefacto Trinity que explotó en el desierto de Nuevo México.
El tercer acto me parece el menos satisfactorio por que es algo extenso para mi gusto y carente de elementos que generen el mismo interés que los dos anteriores, trata de la persecución jurídica y las acusaciones de ser comunista contra él, además de generar cierta reivindicación, que podría o no, ser real para el personaje, en general creo que el profesor Oppenheimer no podrá ser perdonado por la historia como el lo habría querido, pero seguramente siempre será admirado por un reducido grupo de militares de élite.
En cuanto a Nolan me parece que nos ha entregado un muy buen film que cumple con las expectativas que se tienen de una película biográfica sobre un personaje polémico de la historia, y aunque la conclusión de la premisa no me parece satisfactoria ni creíble, ejecución del director es de gran nivel lo que debería dejarle a él como idea que dedicar su creatividad a proyectos menos ambiciosos narrativamente podrían funcionarle mejor y dejar la pretensión y la arrogancia exclusivamente al campo de la expresión puramente visual.
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