El poder del Perro es la más reciente película de Jane
Campion la directora Neo Zelandesa mejor conocida por su película El piano de
1993 y de no muy extensa filmografía nos presenta en esta ocasión un relato
basado en la novela del autor Thomas Savage del mismo nombre.
The Power of the Dog es una historia que podríamos inscribir
en el Universo Faulkneriano, es de esas historias de ambiente rural un tanto
sobrio y un tanto misterioso, con esa incomodidad ante el cambio, ante lo nuevo
y lo diferente en que los personajes se niegan a aceptar las nuevas formas de
ser y la nueva realidad de su entorno como si se tratara de individuos que se
encargan de cerrar la puerta de una época anterior para dar paso a lo nuevo muy
a su pesar.
Jane Campion hace uso de su amplio oficio cinematográfico en
este film, usa toda su experiencia para llevarnos de una forma tersa y
aterciopelada por las escenas y la construcción de época, la historia se
desarrolla en la Montana de 1925, protagoniza Benedict Cumberbatch, que
interpreta a Phil Burbank, un ranchero de mediana edad enlodado, sucio y
atrapado en el siglo anterior de una mentalidad atrasada a pesar de los cambios
que ha traído a su pueblo la vía del ferrocarril, el agua potable y el
automóvil.
Su hermano George Burbank (Jesse Plemons) es todo lo
contrario a él, es un hombre ya del siglo XX, interesado en el comercio, el
arte y los beneficios de la modernidad de su época. Pronto en la trama conoce a
quien será su nueva esposa, Rose Gordon (Kirsten Dunts) una joven viuda que
atiende una posada campestre, con la ayuda de su hijo Pete Gordon (Kodi
Smith-Mcphee) un joven con aspiraciones de ir a la ciudad y estudiar medicina.
Las personalidades de Phil y Pete chocan cuando el primero
se reúne junto con su sequito de vaqueros en el comedor de la posada de la mamá
de Pete, nos encontramos con la relación de conflicto que se desarrollará a lo
largo de la cinta y que expresa ese choque entre lo rural y la nueva mentalidad
con aspiraciones urbanas, entre el machismo y la timidez, entre lo tosco y lo
detallado.
Jean Campion hace una gala de herramientas narrativas que
nos lleva por construcciones visuales muy bien logradas de planos largos muy
bien cuidados y detallados close ups muy disfrutables, para mostrarnos esta
isla campestre que era la Montana de principios de siglo y que dejaba poco a
poco su rusticidad ante los brutales cambios arrastrados a la puerta por la
estación del ferrocarril.
La trama cuenta con diversos giros de tuerca que nos
mantienen enganchados a ella, por un lado cuenta ese choque entre las
mentalidades de individuos de las últimas décadas de un siglo y las primeras de
otra y por otro lado inspecciona los trastornos específicos del personaje de
Kirsten Dunts que se debate entre la clásica ama de casa tradicional y los
fantasmas de su pasado mientras atraviesa un fuerte alcoholismo y su necesidad
de defenderse y defender a su hijo de las agresiones y el antagonismo cotidiano
que tiene con su cuñado Cumberbatch.
Las actuaciones que sin duda se llevan las palmas son la
rustica sobriedad del personaje de Cumberbatch y el sorprendente arco de su
historia individual que va de la depredación—pasando por una quirúrgica burla del estereotipo del
ranchero—para finalizar como una débil presa.
Kodi Smith hace un excelente papel co-protagónico de mucha sutileza
y bien logrado, muy verosímil y efectivo. Kirsten Dunst no se ve tan exigida
pero contribuye por encima de lo satisfactorio lo que a su personaje le pidió
la trama y Plemons remata con su ya característica representación de ese
personaje inexpresivo pero fundamental para el avance del conflicto.
La construcción de época de Campion, la fotografía y sobre
todo el guión son de un altísimo nivel tejiendo con bisturí la brusca tela
campirana y su negación al cambio que pavimenta el tránsito de siglo para dejar
por fin la carreta por el automóvil, probablemente sea la mejor película de su
historia fílmica.
Sin duda se encuentra entre las favoritas de muchas de las
listas de las grandes premiaciones y dará de qué hablar por varios años, no me
sorprendería que gane más de un Oscar y otros premios, pero tiene un problema
que atenta contra su calidad y es que es distribuida por Netflix, y esta casa
productora, gigante de la industria, aún no se gana la simpatía completa de la
Academia de Hollywood, por lo que probablemente no gane el máximo premio.
Pero esta vez Netflix si se la puso complicada a la Academia
porque se trata de una obra mayor, dirigida por una mujer lo que en términos de
corrección política y en términos de calidad Fílmica deberían hacer valer los
votos suficientes para darle el mayor reconocimiento del cual Campion es
absoluta merecedora, veremos si los viejos, blancos de Hollywood se atreven a
premiar también a la N roja con su primer Oscar a mejor película.
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