A 70 años de su estreno es relevante hablar de Sunset Boulevard de 1950 dirigida por Billy Wilder uno de los más respetados directores de las décadas de los 40s, 50s y 60s en Hollywood, film que se convirtió en una de sus obras más apreciadas con el pasar de los años sino es que la más apreciada, pero no necesariamente la más conocida pues son más famosas sus películas con Marylin Monroe, Humprey Bogart, Audrey Hepburn, Marlene Dietrich, por mencionar algunas estrellas en su amplia baraja, ninguna de las cuales apareció en este film.
A pesar de que se trate de un film del que se ha escrito mucho durante muchos años, si no la has visto y eres un aspirante a cinéfilo, escritor, director, productor, etc, encontrarás grandes sorpresas en el casting de esta película que debe ser parte sin suda de cualquier programa de estudios en escuelas de cine y comunicación y como buen Nerd del cine debes apreciar.
Hacer una crítica sobre un clásico del cine es una tarea que puede resultar tan compleja como ingenua sobre todo si lo haces muchos años después cuando se da por hecho que este ejercicio lo han hecho ya decenas de personas en diferentes décadas y será realmente complicado aportar algo original al análisis, pero si el ejercicio se trata de crecer en cinefilia y conocer películas que se han considerado clásicos y tratar de entender por qué fueron considerados así, es una tarea bastante noble diría yo, y en una de esas hasta inspiro a algún milenial o algún centennial a ver está película, revisarla y platicarla.
Sin embargo es una película apreciada por su excelente guión e interesante historia que trata sobre las patologías asociadas al momento crepuscular de una vida, de una carrera o de una persona, que habiendo alcanzado el éxito en una época pasada se ve rebasada por los cambios de una nueva era y al no entenderlos los refuta con potencia añorando la era dorada anterior de la que formaba parte.
Por otro lado está película es muy apreciada por la tragedia que retrata directamente involucrada con el cambio tecnológico del cine mudo al cine sonoro en Hollywood y las resistencias al cambio que opusieron algunas de las estrellas del cine silente cuando se vieron relegados a la nueva “dictadura” del sonido.
Representa el momento aquel en el que la historia del cine deja de ser únicamente silente y se ensancha de manera muy lenta hasta encontrar una nueva forma basada también en el sonido y el diálogo y que dio pie a nuevas formas creativas de su propio lenguaje.
La breve sinopsis de IMDB dice: Un guionista desarrolla una peligrosa relación con una diluida estrella del cine que está determinada a hacer un regreso triunfal. Buena sinopsis en mi perspectiva, que podemos desarrollar Joe Gillis (William Holden), es un guionista no tan novato pero si frustrado, que se encuentra como muchos otros en su condición en la espera de poder vender un guión a los grandes estudios del Hollywood de finales de los 40s, en su desesperación por vender un guión acude a un productor de la Paramount Pictures, quien sin mayores aspavientos rechazó su historia, luego de este pequeño fracaso pero que es muestra de lo que podríamos entender como una cadena de fracasos tiene un incidente en el que por azares del destino llega a una misteriosa mansión que parece abandonada en el Boulevard Sunset una de las calles donde vivían las estrellas del cine mudo en su época dorada.
En esta mansión vive Norma Desmond, (Gloria Swanson), una estrella del cine mudo que no acepta que su carrera está prácticamente acabada con la llegada del sonido y su crepúsculo personal, es una mujer de 50 años que había participado en exitosas producciones del cine silente pero con la nueva tecnología sonora, la cual no entiende ni acepta, está relegada a ser una joya del pasado.
Joe Willis, el guionista, entra en la casa de Norma y la situación comienza a ponerse extraña y surrealista, con un suspenso excelentemente construido que nos va poniendo al filo de la butaca, paso a paso con elementos como el cadáver de un mono y un misterioso mayordomo Max interpretado por una leyenda del cine mudo Erich von Stroheim, que es a su vez guardián de la casa y de las patologías de la principal inquilina de la mansión.
Willis en su afán de curiosidad acepta la invitación de Norma de quedarse esa noche a revisar un guión que la dueña de la casa tiene en mente para llevar a cabo su regreso triunfal a las pantallas con la condición de que esta le pague una considerable cantidad por la revisión y reescritura del guión, pero esto comienza a hacerse más raro cuando a la mañana siguiente despierta en el cuarto que le fue asignado y encuentra que todas sus cosas ya se encuentran en la casa acomodadas y desempacadas como si esto hubiese sido parte de un plan previamente concebido en el que él solo forma parte como una pieza en un tablero.
La relación entre Norma y Joe va pasando del simple contrato profesional a ser una relación emocional en la que él unas veces se siente atrapado y otras muy cómodo y relajado, hasta el momento en el que el guión aludido es finalmente terminado y que ha llegado el momento de ser enviado a uno de los famosos productores de la Paramount conocido de años por Norma con el que trabajó en sus mejores épocas. Pero este productor solo la recibe para seguirle el juego y hablar a sus espaldas del cambio de época y de la manera en el que el cine sonoro es diferente ahora y en el que no cabe más una estrella del pasado silente.
Un giro inesperado es presentado por Max el mayordomo que nos revela el fondo de la locura de Norma y que prefiero dejárselos en suspenso para cuando se acerquen a este film pero que es una magistral vuelta de tuerca que seguramente es de libro de texto para escritores y directores desde aquella época.
La mayor virtud que le veo no son las actuaciones, no por ello menores, pero si se quedan atrás de la magistral dirección y el muy interesante desarrollo de la historia con giros dramáticos muy bien trabajados, muy verosímiles a los que es fácil entrar y con los que es fácil compartir esta visión del mundo en la que hay relaciones de poder en la pareja dominadas por el factor del dinero, que llevan a un personaje hasta cierto punto vulnerable a una especie de esclavitud con cadenas de oro, ampliamente representada en todas las épocas, pero construido aquí de una manera muy específica y original.
Mi perspectiva es que estamos ante una gran obra cinematográfica que a pesar de toda la carga audiovisual que podamos tener en 2020 cumple ampliamente con sus objetivos de suspenso Thriller, y cine negro, que nos empapa a la perfección del momento histórico en el que el cine sonoro dejó a tras a su antecesor y nos muestra una historia clásica en la que los ídolos de una era pasada dejan de serlo y no aceptan que la sociedad que los adoraba ya no es la misma y han dejado de tener su lugar en el olimpo.
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